¿Por qué la felicidad no es solo un sentimiento sino una acción?
Las personas que sienten felicidad ven las cosas diferentes. Son más positivos y se enfocan en encontrar soluciones. Miran las cosas en términos de ganancias y no de pérdidas. Además, tienen un conjunto de hábitos totalmente distintos. Las cosas pequeñas que las personas felices hacen día a día son sutilmente diferentes que las cosas que las personas tristes realizan.
La felicidad es la consecuencia de lo que hacemos y de cómo nos comportamos. Cuando una persona que no es feliz cambia su enfoque y hace algo diferente, se ayuda a volverse más feliz. Intentar pensar que debes ser más feliz es difícil; la felicidad llega cuando cambias las cosas que haces.
Si le preguntas a alguien si es feliz, lo más probable es que reflexione acerca de sus sentimientos. Una persona infeliz pensará en sentimientos de tristeza, tal vez en emociones negativas o en la falta de júbilo. Además, la mayoría dirá que quieren sentirse mejor.
Como cualquier persona infeliz te dirá, no es fácil pensar en serlo. Sin embargo, puedes estimular tu felicidad a través de las acciones que realizas, ya que esto puedes mantener y nutrir este sentimiento. En palabras simples, si deseas ser más feliz, tienes que hacer algo diferente: tienes que realizar cosas nuevas y Ciudaris Agencia Inmobiliaria te explica en qué consiste esto.
La felicidad y las siglas CRILP
Los recientes intentos de sintetizar la búsqueda de la felicidad están comenzando a reconocer la crucial importancia de las acciones de las personas. En su libro publicado en el 2011 titulado «Flourish: A Visionary New Understanding of Happiness and Well-being» (Prosperar: Un nuevo entendimiento visionario de la felicidad y el bienestar), El Profesor Martin Seligman abandona las nociones simplistas de la felicidad y sugiere cómo las personas pueden prosperar. Para Seligman, los elementos clave para prosperar están bajo las siglas CRILP: para prosperar, uno necesita cambiar su comportamiento para mejorar su compromiso (C), sus relaciones (R), su importancia (I) y su sentido de logro (L) y su emoción positiva (P). No se puede prosperar si solo se intenta pensar diferente porque el pensamiento positivo debe estar acompañado de comportamientos coherentes. Para prosperar, debes hacer algo diferente.
La felicidad es una acción, pero los hábitos felices no son hábitos hedónicos. Para lograr la felicidad, uno debe hacer cosas por otros, conectarse con la gente, cuidar de su cuerpo, tener en cuenta lo que hace y estar al tanto del mundo a su alrededor, hacer cosas nuevas, hacer las cosas con un propósito, ser positivo acerca de lo que hace, aceptar que todos cometen errores y que las cosas no resultan como uno espera y ser parte de algo más grande.
Hacer algo distinto
Los niveles de felicidad aumentan cuando las personas rompen sus hábitos y se comportan diferente. Por ejemplo, Seligman y su equipo comparó alrededor de 400 personas que:
- Utilizaban una de sus fortalezas de formas nuevas o diferentes cada día durante una semana (hacer algo distinto) o,
- Anotaban e identificaban sus fortalezas, pero no eran instruidos para utilizarlas de una forma nueva (formas anticuadas).
Los investigadores midieron los niveles de felicidad y depresión de todos los participantes después de una semana, un mes, tres meses y seis meses. Para una intervención relativamente pequeña en base al estilo «haz algo distinto», los resultados eran sorprendentes. El grupo que hacía algo diferente tenían niveles de felicidad muchísimo más altos. Esta alza siguió presente después de seis meses. Sus niveles de depresión eran también mucho mejores y se mantuvieron así.
Por consiguiente, el sentimiento de felicidad viene de lo que uno hace: esto significa realizar más cosas que son conocidas por provocar felicidad en las personas.
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